CARLOS SAINZ Y EL FINAL INESPERADO DE LA CARRERA.
¡Trata de arrancarlo por Dios!, era la frase que repitió una
y otra vez el compañero de Carlos, Luis Moya.
Eran las 14:15 de la tarde del 24 de noviembre de 1998 y
sólo faltarían 500 metros para que Sainz y Moya lograran su tercer título del
mundial en el Rally de Inglaterra. Sin embargo, el Toyota Corolla que pilotaban
había dicho basta. Fue una fuga de aceite la causa del desastre, que les dejo
clavados a estos dos veteranos. Cuando ya sabían que habían perdido su tercer
título mundial se les vino el mundo encima y se dieron cuenta de que todo el
trabajo realizado durante los años anteriores se habría ido al traste. De la
desesperación, Moya estrelló su casco rompiéndolo contra la luna trasera.
By Miguel Plaza y Juan García
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